La revista «El Automóvil de Cuba», fue fundada en La Habana en 1916.
La revista “El Automóvil de Cuba” fue fundada en La Habana en el año 1916 como órgano oficial de la “Cámara de comercio de Automóviles de Cuba”.
La revista “El Automóvil de Cuba” fue fundada en La Habana en el año 1916 como órgano oficial de la “Cámara de comercio de Automóviles de Cuba”.
El 25 de Julio de 1925, con apenas dos meses de haber tomado el poder en Cuba el gobierno de Gerardo Machado fue aprobado por el congreso de la republica la ley que disponía la ejecución de la carretera central a lo largo de todo el país.
El primero de marzo de 1927 se comenzó oficialmente la construcción de la obra con una ceremonia efectuada en San Francisco de Paula. Dicha ceremonia conto con la participación del presidente de la república.
En época tan temprana como el año 1898, La Habana ya contaba con un servicio de ómnibus y carros de tracción animal para el transporte de pasajeros. También estaba dotada de un ferrocarril suburbano movido por pequeñas locomotoras a vapor.
El sistema de tranvías de La Habana se extendía por las zonas más importantes de la ciudad con una extensión de 96 millas de vías paralelas. Del total de millas, 82 tenían su trazado por zonas urbanas y el resto correspondía a la línea Marianao Vedado que en la época era una zona suburbana.
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La revista ACC, fue una publicación de carácter mensual fundada en La Habana en septiembre de 1925. Esta publicación fue el órgano oficial del Automóvil Club de Cuba.
La Cooperativa de Ómnibus Aliados (COA), remonta sus orígenes al 29 de abril de 1933, fecha en que surgiera como Asociación de Propietarios de Ómnibus.
EL surgimiento de esta asociación se debió a la necesidad de unirse de los pequeños propietarios de ómnibus para obtener mejores ventajas y el mayor poder de negociación que le brindaría una organización de mayores dimensiones y mayor solvencia económica.
El 28 de junio de 2019 se publicó en un diario digital de Cuba una agradable noticia para cualquier amante de la historia de los autos de la isla. Se informaba sobre la remodelacion y construccion de edificaciones para la nueva sede del museo del automovil de La Habana.
La noticia era muy familiar para havanacarhistory por dos razones, la primera es que, como entusiastas, investigadores y divulgadores de la historia del automóvil de Cuba, sentimos un especial apego por todo lo relacionado con el rescate de la memoria automovilística y la conservación de su patrimonio.
Según nos narra una publicación automovilista de la época, allá por el 1908, se veía rodando por las calles habaneras un curioso automóvil pintado de blanco.
Aquel automóvil llamaba la atención a su paso, por el estrepitoso sonido, Choccc…, choccc… de su válvula de escape, lo cual le valió que fuese bautizado con el nombre de “La Chocolatera”.
Fue en el año 1916, que US Rubber Co estableció una sucursal en La Habana, con el objetivo de importar hacia el territorio de Cuba, zapatos de suela de goma de la marca Keds, cámara y neumáticos para automóviles, entre otros derivados del caucho.
Eran famosos en La Habana en 1929 los productos de mantenimiento y renovación de la marca Whiz, bajo cuyo sello se ofrecían “98 productos de calidad”.
Estos productos eran suministrados en La Habana y Santiago de Cuba por la R. M. Hollingshead Co of Cuba. cuya casa matriz tenía su sede en Riverton, Wyoming.
La empresa Ambar Motors Coporation, fue la distribuidora para Cuba de las marcas de automóviles fabricadas por General Motors (Cadillac, Oldsmobile, Chevrolet), se fundó en La Habana el 19 de enero de 1949 y su sede estuvo ubicada en la intersección de las avenidas de Infanta y 23 en el Vedado Habanero.
La empresa contaba una plantilla de 200 empleados y más de 30 agencias y subagencias distribuidas a todo lo largo del territorio cubano, además de 36 representaciones para la comercialización de piezas legítimas General Motors y su propia marca de repuestos “Ambar Motors”.
El señor Firestone, había visitado La Habana a principios de 1902 para nombrar su primera agencia en el extranjero con el objetivo de comercializar en la isla los zunchos de goma para coches de caballos.
Durante 25 años el Sr. José Álvarez mantuvo la representación exclusiva de la marca Firestone, hasta el año 1927 en que la compañía de Akron constituyó una sucursal en La Habana; para tal fecha fue inaugurando el edificio Firestone en la calle Concordia No. 757.
Allá por el año 1910, luego de transcurridos 12 años de la llegada del primer automóvil a La Habana, abrió sus puertas uno de los primeros talleres de automóviles que brindaría un servicio profesional de reparación a esas máquinas, estuvo ubicado en la calle Antón Recio No 36, y comenzó a brindar sus servicios allá por el año 1910.
El primer auto fue ensamblado en noviembre de 1914 y ya en el año 1915 los hermanos Brower obtuvieron la representación de la agencia de los automóviles Dodge Brothers en La Habana, estableciéndose en la calle Prado casi esquina a Colón.
Existió en La Habana un garaje ultramoderno con tantos adelantos que incluso al día de hoy para cualquier conocedor del mundo del automóvil, no pasa desapercibida el hecho de que en tan temprana fecha como en el año 1928, existiera en La Habana un servicio para automóviles de tan revolucionaria tecnología.
Según registra una publicación automovilística de La Habana de principios del Siglo XX, el 26 de febrero de 1917, arribó al puerto de La Habana el Sr Henry Ford en su yate “Sialia”.