El Museo del Automóvil de La Habana se encuentra actualmente situado en los inmuebles 305, 307 y 309 de la Calle San Ignacio, en el Centro Histórico de la ciudad.
Durante los años 2019 y 2020 se trabajó simultáneamente en el acondicionamiento de este nuevo espacio y en la restauración de los automóviles que componen la colección.
La primera fase del proyecto quedó lista en junio de 2019, con la inauguración de la sala en que se expone un DeSoto Custom Convertible Coupe de 1949 completamente restaurado.
Este automóvil, proveniente de la Driehaus Collection, con sede en Chicago, se donó al Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal, por el prestigioso filántropo norteamericano Richard H. Driehaus (1942-2021).
El 11 de noviembre de 2019 se abrió al público una nueva área que comprende el inmueble 309. Inaugurado en plena celebración por el 500 aniversario de la ciudad, este espacio acoge una parte importante de la colección.
Ejemplares como el Oldsmobile Ninety Eight de 1959 que se utilizó por Camilo Cienfuegos, o el Rolls-Royce Phantom I de 1926, con chasis 74HC y carrocería de Letorneur & Marchand, se exponen en el 309.
En este mismo local también se muestran los tres papamóviles utilizados por el Papa Francisco en su visita a Cuba, en septiembre de 2015. El área posee un piso superior reservado para motocicletas y otros vehículos de interés.
Finalmente, el 16 de noviembre de 2020, día del 501 aniversario de la fundación de La Habana, se inauguró la sala principal del museo. Con esta inauguracion, quedó culminado el proyecto de la nueva sede.
El recinto principal acoge la mayor parte de las piezas. Entre ellas se destacan un Daimler Limousine de 1980, un sedán LaSalle 340 de 1930, varios Ford Model A, un Packard de 1930 y dos Ford Model T.
El espacio cuenta también con bombas de combustible y maquetas de automóviles. Cada una de esas piezas se encuentra documentada con datos técnicos y otros elementos que complementan su exposición. Entre estos podemos encontrar publicidad o fotografías de sus antiguos propietarios.
Actualmente se trabaja en la restauración de un Cadillac de 1905, el vehículo más antiguo que posee la institución.
Durante todo este tiempo de actividad, el museo también se ha dedicado a la investigación histórica de algunas de sus piezas.
Entre las acciones de investigación y con la ayuda de amigos y colaboradores se ha ampliado la información existente sobre el Cadillac V16 de 1931. Este vehiculo se atribuye al ex presidente de la República Alfredo Zayas.
El automóvil que posee una carrocería Fleetwood con nomenclatura 4275C, es una limusina con techo abatible sobre los asientos traseros y ventanilla divisoria. De este tipo de carrocería, Fleetwood construyó sólo dos unidades. Este ejemplar en específico posee el techo completamente cerrado, por esta razon parece que la carroceria se modificó en algún momento posterior a su fabricación.
Aunque la colección se encuentra expuesta casi en su totalidad, hay un grupo de vehículos que, por razones de espacio aún no se encuentran a la vista del público.
De este grupo, además del mencionado V16, sobresale un Fiat 525N de 1930 en el que la poetisa Flor Loynaz ejecutara un atentado contra el presidente del Senado de la República durante el gobierno de Gerardo Machado.
También se encuentran un Dodge 1924 con carrocería fúnebre, construida por The Williams Carriage, Hearse & Auto Co. y un Mercedes Benz 190SL relacionado con Camilo Cienfuegos.
El último vehículo añadido a la colección es un Peugeot 106 de 2003. El sencillo sedán se utilizó por el Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal Spengler. Con la exposición se rinde homenaje a quien fundó este espacio el 16 de noviembre de 1985. Anterior a esa fecha el museo solo era un grupo de automóviles que se rescataron de su posible venta al extranjero.
Fue esa la génesis de la colección, engrosada en los años posteriores con las donaciones de amigos de Cuba y la Oficina del Historiador de La Ciudad.
Cerca del automóvil que utilizara el Dr. Leal, se encuentra una placa en homenaje a Eduardo Mesejo Maestre (1961-2018) primer director del museo, cuyo profundo conocimiento de los automóviles antiguos lo llevó, en 2010, a convertirse en el primer cubano autorizado a ejercer como juez en concursos automovilísticos en Estados Unidos. Esta nueva obra es también parte de sus esfuerzos.